1. Evaluación Inicial: El dentista realiza una evaluación completa, incluyendo radiografías y posiblemente tomografías, para asegurarse de que el hueso esté en condiciones óptimas para soportar el implante.
2. Colocación del Implante: En una cirugía ambulatoria, se coloca el tornillo de titanio en el hueso de la mandíbula o maxilar. El implante se inserta bajo anestesia local, y se le da tiempo al hueso para que cicatrice y se integre con el implante en un proceso llamado osteointegración.
3. Colocación de la Corona: Después de que el implante se ha integrado con el hueso, se coloca un pilar sobre el implante, al que se le une la corona dental. La corona está hecha a medida para coincidir con el color y la forma de los dientes naturales circundantes.

La colocación de implantes dentales se realiza bajo anestesia local, por lo que no deberías sentir dolor durante el procedimiento. Es común experimentar alguna incomodidad o hinchazón después de la cirugía, pero esto puede controlarse con analgésicos recetados por el dentista. La recuperación inicial suele durar de 7 a 10 días, aunque la integración completa del implante con el hueso puede llevar de 3 a 6 meses. Durante este tiempo, el implante se fusiona con el hueso, proporcionando una base sólida para la colocación de la corona final.

Los implantes dentales son una excelente opción para la mayoría de las personas que han perdido uno o más dientes. Sin embargo, no todos son candidatos ideales. Es crucial tener una buena salud oral, suficiente cantidad de hueso en la mandíbula para soportar el implante, y un estado de salud general adecuado. Condiciones como la diabetes no controlada, el tabaquismo excesivo, y ciertos problemas de salud pueden afectar la capacidad de los implantes para integrarse correctamente. Antes de proceder con un implante, tu dentista realizará una evaluación completa para determinar si eres un buen candidato para el procedimiento.